Llevo tres meses sin escribir porque no tenía nada bueno que
decir. En realidad tampoco lo tengo ahora pues perder a una persona importante en tu vida no es
motivo de felicidad, sino todo lo contrario.
A pesar de ello, no quiero abandonar esto, no se si alguien
lo lee o si alguien ha echado en falta mis textos de principiante, pero decidí
crear el blog para empezar una nueva etapa
y no quiero cerrarla de repente, sin darle una nueva oportunidad.
Así que aquí estoy, con muchas reflexiones en la cabeza pero
incapaz de expresarlas aquí, y es que cuando tienes tanto que decir, es difícil
encontrar la forma de hacerlo.
En estos dos últimos meses han aparecido muchas personas
nuevas en mi vida. Personas que me han visto mal y que han sido capaces de
ofrecerme su cariño sin obtener nada a cambio. Eso es lo que me ayuda a no
perder la esperanza, a intentar buscar la parte positiva de todo esto en lo que
me veo envuelta.
Reconozco que es difícil entenderme, porque en realidad ni
yo misma me entiendo. Pero yo personalmente pienso que todo el mundo que
piensa, reflexiona y se para a pensar en las cosas que de verdad merecen la
pena, tiene esta clase de “crisis mentales” en las que no saben por dónde
tirar, que dudan hasta de su nombre y creen que nadie les comprende.
Es hora de salir adelante sin mirar que dejamos atrás. Es el
momento de sacar fuerzas de donde sea.
Sin olvidar la paciencia, pues tirarnos
al abismo sin un paracaídas es un riesgo que no todos estamos dispuestos a
correr.
SANDRA