Tantas y tantas veces he contenido todo lo que llevaba
dentro , tantas y tantas veces he puesto el modo “sonrisa automática” para
evitar que nadie notara que en realidad por dentro estoy hecha mierda, que a
veces olvido como exteriorizar eso que siento.
Pienso que es muy fácil encerrarte en tu habitación, poner
la música a todo volumen y llorar hasta
quedarte sin lágrimas. Lo difícil es pedir ayuda, porque cuando lo haces te
sientes débil y frágil y a nadie le
gusta eso. Por eso buscamos a personas en las que confiamos de verdad, personas
que no nos van a juzgar por sentir lo que sentimos o pensar lo que pensamos.
Estoy cansada de personas que prometen el cielo y ni
siquiera pueden alcanzarte una estrella, de personas que te halagan a la cara y
a la espalda te ponen de puta para arriba, de personas en las que empiezas a
confiar y que al final son como las demás, de personas que dicen que te echan
de menos pero después no tienen ni un segundo para ti, de personas que no te
conocen de nada y juzgan como les da la gana, de personas que no comparten tu
opinión y que tampoco la respetan, de personas
que se creen superiores y te hacen sentir como la última mierda, de
personas que mienten y manipulan para conseguir sus objetivos.
Estoy tan cansada de todo eso, que ya me cuesta confiar, me
cuesta pensar que una persona sea buena y haga cosas por ti sin esperar nada a
cambio. Y me da pena, porque sé que estoy siendo injusta con personas que de
verdad merecen la pena, pero aunque queramos cambiar nuestra actitud nuestro
pasado no desaparece.
Sandra
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