Solo disfruta.

domingo, 27 de abril de 2014

Reacciona, muñeca.

Sangre en los nudillos. Desafío en la mirada. Y trozos de corazón que intentan recomponerse como pueden.

Nunca sabes que hay detrás de una cara. Nunca sabes el por qué de una mentira. Recoges la poca verdad que los demás abandonan. Que dejan plantada, y de la que a veces salen flores. Esas flores que por desgracia, siempre alguien acaba arrancando.
Desde que conoces la desconfianza, la confianza se vuelve mero recuerdo. Casi como un espejismo aparece de cuando en vez. Es algo tan efímero que consigue que dudes de su existencia.

¿La soledad es algo exacto? La soledad es no saber convivir con uno mismo. La soledad no existe, nadie está solo, y nadie está acompañado. Todo está dentro. Aquí dentro. En tu cabeza. En esa en la que a veces, y equivocadamente se amontonan recuerdos, que te hacen creer que existe la soledad. Que te hacen creer que eres algo.

Hace falta perspectiva. Alejarse un poco y mirar con claridad. Pero para ese entonces, cuando decidas que el mundo es demasiado grande como para sentirte importante, será demasiado tarde.
Tiempo desperdiciado. Dinero gastado. Esfuerzo invertido. ¿Y para qué? Esto se acaba querida, esto no es eterno. No puedes seguir esperando a que pase algo. No va a bajar un ángel a hacer de tu vida un sueño.

No, muñeca, no... No protestes. No me pidas que te entienda. No te relajes.


Porque si te relajas, puede que cuando quieras encender tu vida, ya no funcione el interruptor.





SANDRA

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