Su tez blanca. Su último parpadeo. Sus
manos, que denotan el paso de los años. Sus andares cada vez más
lentos. Su fragilidad. Sus ganas de luchar hasta el último momento.
Siempre presumida. Su pintalabios. Su
colonia, ese aroma tan especial que dejaba por donde pasaba. Sus
gafas. Sus vestidos. Sus pendientes. Sus zapatos, con ese poco de
tacón.
Generosa. Como nadie. Siempre pendiente
de que a nadie le faltara nada. “La propinilla” como ella decía.
Historias. Historias repetidas que se
acaban guardando en la memoria.
Y por que no decirlo!. Sus arrugas,
esas que dejan atrás un montón de recuerdos. Lineas en su piel que
esconden todas las emociones que deja una vida.
Un año. Un año de ausencia. Te echo
de menos.
SANDRA
La nostalgia es lo que tiene : ''Un día echas de menos aquello que echaste de más'' (No me acuerdo del autor).
ResponderEliminarEl tiempo vivido por bueno o malo que sea jamás será recuperable...
Un personalidad interiorizada tan a fondo como la que describes en este texto es díficil que su rastro desaparezca con facilidad...
La pérdida de alguien siempre se hace cuesta arriba no importa que te acuerdes de él , que llores, que grites de furia,... ¡Ya no estará ahí...por eso mismo hay que seguir adelante!
Recuerdalo siempre.
Un besito desde
http://angelaromeroribera.blogspot.com